Enfermó de la psique por decisión propia
Y Eros se adueñó de el.
De sus manos esqueléticas
solo brotaba sudor intenso
Y su estómago habituado al bienestar
se pobló de mariposas,
vivía ansiedades incontrolables
ante su solo presencia.
Tras mudar su cordura,
se vivió instintivo, inmaduro y fantasioso.
Y en su solitaria vida la imaginaba toda suya.
Sus regresiones infantiles y de euforia
lo aparentaban narcotizado,
cual ingestión de anfetaminas
Su mal empeoraba cuanto mas la bebía.
Irremediablemente no tenia cura
Ella,
era la divina causa.