Atardece. El celaje y sus sonrojos
van dejando un óleo majestuoso.
El campo está entornando ya sus ojos,
cesa el trabajo, es la hora del reposo.
Desde el galpón se oye a la peonada
departiendo su charla, mate y mate;
se enciende el lucero, hay guitarreada,
y en el aire una zamba vibra y late.
Bajo un manto de estrellas un asado,
y las mozas que ofrecen empanadas,
morena piel, su cuerpo perfumado,
y la luna brillando en sus miradas.
En la estancia “Doña Elsa” no han dormido
y ahora a trabajar. Es lo jodido.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Imagen: dibujo de Florencio Molina Campos, artista argentino, 1891-1959)