Eres, fuiste, serás,
presente, pretérito y futuro...
Sigues caminando con los pies descalzos,
desnudando tu alma,
sembrada en mi regazo.
Vives buscándome en otras pieles,
albergando esperanzas, que hoy,
ya no tienes.
Correteas vagabundo, ávido
entre piernas de mujeres.
Golpeas fuerte, tan fuerte que
desapareces y no te detienes.
La vida sigue fluyendo
en un contemptus mundi
que contempla tu desprecio.
Ya no quemas, pareces invierno,
yo que me abrasaba en sábanas de fuego,
y golpe tras golpe, aparecen equimosis
en mis recuerdos...
Rojo, morado, azul, verde y amarillo,
pasión, dolor, libertad, esperanza y nuevo amanecer,
son símiles de atrezo,
que engalanan este escenario,
con suturas del ayer...
Locus amoenus, ignis amoris,
amor de fuego, latidos
aún escritos en verso.
Siempre serás fuerza, timidez,
calidez en cuerpo
y frialdad en la piel.
Mi religio amoris, mi quotidie morimur,
mi vida y mi muerte,
fenece mi cuerpo en este noviembre.