Mañanas de otoño, mañanas de invierno,
Un hombre sentado en un banco,
Limosna pidiendo,
En la mano una caja de vino,
De vez en cuando bebiendo,
Olvidado del mundo,
Menos un amigo,
Compartía el frío y el vino.
Yo pasaba y le daba algunas monedas,
El era muy agradecido,
Era libre, quiza fue su destino,
Ahora paso, el banco esta vacío,
No esta el mendigo ni su amigo.
Un día pase y estaba el amigo,
Le pregunte donde estaba su amigo,
Llorando me dijo, al cielo se ha ido,
Ahora paso y miro,
El banco esta vacío.