Dios ha sembrado una raicita de fe en mi corazón,
la que me nutre el alma en toda hora y ocasión,
y no permitiré jamás que nadie me haga dudar
de su existencia que envuelve mi vida con amor,
él sana mis heridas cuando me devasta el dolor…
Siempre está extendiéndome su misericordia,
sosteniéndome en días aciagos y noches insomnes
disipando más que nadie todos mis enojos y temores,
gracias, amado señor, gracias por tantas bendiciones
solo, a ti, puedo venerar como mi único salvador…
Raicita de fe creciendo en mi corazón indeteniblemente
y ,en las líneas de esta poesía que hoy le escribo
guiada por su fulgor que guía mi vida de esperanza…
Luna&Poesía
21.03.2016