De pronto regreso al rincón azul
en donde están escondidas las palabras,
a deshojar estrellas,
a hurtarle a la luna un rayito de plata,
a mirar los reflejos de la noche en los charcos de nadie.
De pronto regreso al país de la poesía
para encender en su fuego un cigarrillo
y perderme entre el humo del recuerdo.
Me gustaría escuchar el rumor del agua entre las piedras.
Pero esta ciudad no tiene un río.
Me gustaría admirar el mar en su esplendor, las playas, la espuma, las gaviotas,
la melancólica sirena de algún barco en su partida.
Pero esta ciudad no tiene mar, no tiene un puerto.
Me gustaría encontrarme en tu mirada.
Pero esta ciudad no te contiene. Es una ciudad vacía.
Una ciudad vacía.
Vacía de vos.
Vacía de Nos.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.