De vientre blanco fue tu ser
de maestría innata y diestra
tu glorioso querer
caminaste sano, erguido
por el espíritu iluminado
no claudicaste en tu dolor
a pesar de la traición.
En una corona de espinas
la maldad del hombre
insana se esgrimía
y con sudor inmaculado
entregaste tu costado
mas tu sangre derramaste
por el mundo, su vil pecado.
Un noble madero
fue tu última morada
crucificada la carne
con vivas llagas
al cielo imploraste
la pasión, del Dios tu padre.
Hoy, tu llama latente
de ese hermano generoso
se mantiene presente
cual Espíritu Santo afluente
en nuestras almas vive
en oraciones clamoroso.
¡¡FELICES PASCUAS!!
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
Blog \"Mis Pensamientos\" 22-03-2016
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(Fotografía y video tomados de la web)
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