Despierta abuela
no te quedes dormida
ya el sol se asomó
allá por la colina
y no siento el olor a café
perfumando en la cocina,
solo el cacareo en el patio
de las inquietas gallinas
merodeando muy ansiosas
pidiendo ya su comida,
así que por Dios abuelita
no se me quede dormida.
.
Ayer te acostaste cansada
molesta con la vecina
porque sus hijos corriendo
te tumbaron la cortina
y te rompieron unos adornos
de cerámica muy fina
mientras ella chismeando
de lo más tranquila
no te pagó un carajo
Porque y que está en la ruina.
.
¡Qué vaina abuela!
también discutiste con mis tías
Carmela y Josefina
porque la noche anterior
se fueron con una prima
Salieron las tres juntas
entre sombras escondidas
a una fiesta de esas
donde siempre las convidan,
donde se bebe y se fuma
como si fueran cantinas
y regresaron borrachas
hablando mil groserías
y te dio un dolor de cabeza
consumida por la ira.
.
Ay abuela que “monguita”
si apenas se cumple un mes
esta semana que termina
que llegó a casa mareada
tu nieta Carla Camila,
de todas las nietas tuyas
la más bella y consentida
con catorce años apenas
tan estudiosa y tan linda
y los vómitos y mareos
no la dejaban tranquila;
bien abultados sus pechos
al igual que su barriga
y tanto que le preguntabas
porque tú lo presentías
y ella siembre te enredaba
con patucos y mentiras
y hasta la muy tramoyera
dándoselas de señorita
ante tus argumentos
se te negó de rodillas.
.
Qué de bromas abuelita
si solo hace tres meses
en que aquella cruel pandilla
de los vándalos del barrio
mataron a punta de cuchilla
a tu hijo más querido
que era mi tío Elías.
Él venía a visitarte
y en una bolsa te traía
plátanos y melones
guayabas y mandarinas
porque siempre se acordaba
que una madre tenía
y aunque sea cuatro lochas
de su sueldo en la pulpería
te daba algunos centavos
que te caían de maravilla.
Triste te vi llorando
sentadita en una silla
y allí los dos abrazados
despedimos al tío Elías.
.
Despierta abuelita
no te me quedes dormida
que el sol ya se asoma
allá en la colina
y en el frente de la casa
hay algunas vecinas
que hablan en susurros
como escondidas
porque un carro fúnebre
se detuvo en la esquina.
.
Despierta abuela
oye las gallinas
que tú al oírlas
te levantas enseguida
y dándome un beso
y un Dios te bendiga,
pero hoy de repente
te quedaste dormida
y me da mucha pena
que la gente diga
que eres perezosa
y que no me cuidas.
Despierta, depierta
abuela querida.
.
No, Mejor duerme,
quédate dormida
que Dios en el cielo
tu sueño vigila
y te arrullará con canciones
porque eres su hija,
duerme abuelita
duerme tranquila.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela