Andrea Leon Hdez

Un 21 de Marzo.

Después de haberlo negado,

quizá cien,

quizá otras veinte veces;

me he resignado al destino inaudito.

Qué el día que de mi cuerpo

la necesidad sienta rechazar sus caricias

será el mismo

que mis pupilas no puedan volver a dilatarse.

 

Después de haberlo negado,

quizá doscientas,

quizá otras cuarenta veces,

me he resignado al destino inaudito.

 

Qué de tus miradas soy reén

y tus labios mi peor castigo.

 

Después de haberlo negado,

quizá trescientas,

quizá otras sesenta veces,

me resignado al destino inaudito.

 

Qué tu presencia en libertad

es el mejor regalo

que de un esclavo a su amo

se pueden otorgar.

 

Qué después de haberte negado,

cientos,

miles,

millones de veces;

a la idea me resigno

que de ti yo soy y de ti yo seré.