He de mirar a tus ojos pero veo los demonios.
No tengo miedo, me atrevo a enfrentarlos
con pecho desnudo y expuesto
con una sonrisa en mis labios
que te besan hasta los finales
de los días fríos o cálidos.
Así me hablan los ángeles de ti:
quien me mira sin temor entre tantas sombras
que danzan entre demonios de poca
cordura en un pecho frío
que se prende por la luz
que tú mismo eres
como vela ardiendo
que da calor.
Así sea lo más oscuro de los hombres
me atrevo a caminar sin temor de perderme
porque sentiré tu luz y calor a través
de tus palabras
sencillas, poderosas, brillantes.
Mi cabeza está en oscuridad
pero estoy viendo bien
que estas loco pero estoy fuera
de mis demonios por tu luz,
por lo que puedes tomar
mi todo hasta sentir mi beso
por la eternidad y acarreando
mis palabras de amor
hasta el confín
del mundo.