El miedo este
de pensar que algún día
voy a dejar de existir,
en ti;
que no vas a acordarte de mí
en toda la tarde y después
todo un día y una semana
hasta que un sábado a la noche
quizá,
pero para entonces
va ser tarde,
porque tus días
se habrán ido encargando de desmigajarme
por
demasiado tiempo.