Fuiste estrella fugaz
en mi ternura
en el viento de mi voz
y en las raíces de mi cuerpo.
Destruimos la amargura
que era un zócalo de fuego
derritiendo un triste invierno
cuando aún rugía la pasión
afinando la canción de mis senos.
Un día se acabaron los deseos
que movilizaban lo material del tiempo
y se volatilizó el amor
y ni en química había aprendido esto.