Escribo para mal de los poetas,
que expresan en las rimas su sapiencia,
palabras que discurren cual saetas,
ignorantes del mundo y su sentencia.
Poseo de la vida las recetas,
heredadas de auroras sin conciencia,
y transito mis días por las vetas,
que el abismo revela a mi presencia.
No guían a mis versos las desdichas
ni llevan del amor frases predichas.
Mi musa inspiradora es fantasía.
Es ella quien escribe tras mi palma.
Si poesía es la expresión del alma,
toda alma, merece una poesía.