Acuno mis recuerdos para acallar sus llantos,
aunque con porfía siguen saliendo a mi encuentro,
pese que me resisto a que me impongan sus deseos
y dejen tremendo amargor en mi pecho.
Cuando los miedos y añoranzas frustradas,
los desamores y muertes mis soledades perpetúan
advierto que acunar mis recuerdos es cosa absurda.
A pesar de saber que no lograré acallar sus gritos
me colmo de paciencia
tratando de no darles razones
a que campen a rienda suelta.
Me niego a abrí la ventana de mi mente cautiva
y dejar al aire irrumpa en mis sentimientos
por temor a no ser comprendida,
por temor al dolor que resucitarán mis heridas
por tantos años oprimidas.
Como siniestras figuras los recuerdos
sobrevuelan mi mente,
bailando al son del palpitar mi corazón agitado,
que invito a que se sosiegue con razones que no me creo.
Sueño que un día mis aflicciones
se tornen mariposas agitando sus alas
y en sus delicados vuelos
mis sentimientos por el aire esparzan.
Así no tendría que acunar mis recuerdos
para acallar sus llantos,
ni para que mis sentimientos no se aflijan
al recordar tantos quebrantos.
Luisa Lestón Celorio
Asturias- España