...estoy ajeno en este mundo...,
un silencio envuelve mi cabeza...,
mariposas se quiebran entre la luz
estrecha entre el vuelo de la distancia
que cubre mi carne de lo invisible...,
hay un sol allá fuera...,
estoy sin estar...,
y una ausencia corre en mis venas,
la angustia se vuelve un pedazo de oxígeno
atrapando el aliento que he exiliado
en las afueras de mi libertad...,
...me escribes y no te escuchó,
me lees y no siento...,
estás en todas partes
cuando estoy ausente...,
he estado perdido en una transición a la muerte
y sin embargo, tú estás buscándome
entregándome de vuelta la vida
que he dejado atrapada en un cristal,
intacta en la hora de la jaula
donde el alma a cada latido
perfora la ausencia del pecho
en una comunicación cercana con la sangre...,
tengo un casco y en mi frente un cristal
y sobre mi piel me cubre una armadura de azotes,
no tengo castigo y conmigo llevo lágrimas metálicas
aferradas al dolor que llevo en mi ida sin vuelta...,
desde la viruela del universo
observo la eternidad de la esperanza
apagándose con el guión infinito de la nueva realidad...
Estoy amarrado a un sarcófago de abrazos...
En mi ausencia he perdido el tacto...
He perdido el cuerpo, solamente una armadura
acosa mis huesos del alma
[sentimientos en el universo apagándose]
en mi palabra asmática y apretada...