Es una pena pero... creo fue ayer
cuando en la aldea se alzaban las persianas,
al alba, resoplaban las campanas
sin que nadie las pudiera ya mover.
Cuando el viento resopla en los talones
en un aura de niebla ceniciento
y el ambiente refleja el sentimiento
de recelos plagados de emociones.
Que las gentes se enrocan en sí mismos
como observan que el caracol se enroca,
los susurros se escapan de la boca
en un triste lenguaje de algoritmos.
Descubren el petróleo sus miradas
y apuntan aun las lágrimas presuntas,
las cejas van, vienen y vuelven juntas
y en la frente sospechas hay bordadas.
Uno más que hoy se va, y ya hoy otro menos,
pues nunca habra uno más que no hay simiente,
sólo queda esperar llegue el siguiente
y no haya que abonar estos terrenos.
Es el sino de las gentes, de esta aldea,
que a tiempos venideros no resiste
la resignación campea lanza en ristre
sin que nadie se aprecie en la pelea.
©donaciano bueno
http://www.donacianobueno.com/