I
\"Otra historia de un poco después\"
Inmensurable habilidad para hacerme reír, su certeza arrancaba fugazmente a mis dudas la angustia, trastocaba mis sentidos. Me convenció que poco o nunca estoy despierto si estoy soñando o estoy viviendo dormido.
Cristalizado me quede fingiendo no darle importancia a nada y en la almohada quejándome de todo, convertí el simple ciclo de la vida en el desorden más grande de mi espíritu. Estruje hasta el cansancio sus deseos por soñar con el fondo de su pensamiento. Sí, pero creábamos otro concepto de libertad en cada encuentro, aun cuando nos llamaban locos pues al final en las fechas antiguas, en días pasados, solo seriamos jóvenes.
Antes de nacer un cromosoma de necedad hizo de mí esencia creer poder adivinarlo todo, simultáneamente a no aceptar en lo absoluto algunas situaciones como me son dadas, obligue a que mis días no fueran tan fáciles como me los dibujaba su mirada.
En un tiempo no muy lejano creí responder a las mil facetas que aprendió de pequeña, perderse a sí mismo en el proceso de amarle no fue un problema, yo ya estaba perdido y me bastaba no respirar cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.
Su labio superior era el límite entre lo ilusorio y lo tangible. Éramos humanamente disímiles o toda la diferencia radicaba en un pulgar accidentado, jamás conocimos una igualdad de humor frente a los actos ordenados, unicamente en los prohibidos, la fragmentación del aroma y de las vidas comenzaba, dejo de existir la verdad sostenida por la inteligencia o con la palabra, todo se resolvía con el gesto mal interpretado.
Me canse de estar perdido y de perderla, el ego le habría ganado a la inocencia, quedamos al margen de nosotros mismos, alguien habría de perder, ni siquiera invierno hubo ese año.
Era el tiempo de mi travesía; Aún podría rescatarme del cromosoma que sin culpa me fue impuesto. Cada día es un comienzo, cada persona deja un poco de si en otras vidas, pero no fue casualidad que uno de esos años no bisiestos y lunes de cielos fugaces se entrelazaran los destinos.
Su pecho fue considerado el paraíso, bajo el encanto de mirarle tan solo un segundo, e ilusoriamente sentir una caricia aunque fuere desde el palpitar de su pecho, entre el alfiler del frio por mañana.
Su pelo y timbre de voz es equivalente a aquel clima de noviembre, tono negro y abundante, una melodía y armonía en cualquier lugar.
Mar. 2016.