¿Por qué te amo?
me pregunto en medio de esta tormenta
mientras distante
miras el jardín amaneciendo.
Tus ojos
esos que me soplaron el alma
en duras palabras amuralladas
ya no miran los míos
quizá por no sucumbir en la certeza
de mis palabras
esas que niegas escuchar
y yo dejé de pronunciar
por no luchar, por morir
en esa mirada lejana
que solo quiere ver
amanecer un jardín
abandonado de pájaros
de la emoción de tu mano y la mía.
¿Por qué te amo tanto?
si cada mañana
desayuno persiguiendo tus ojos
perdidos de los míos
en el jardín amanecido.