Andalucía, sábado 26 de marzo, 16:03 p.m. A esta página de poemas o relatos, en cierto modo la utilizo de psicólogo, de psiquiatra. En el momento que ingreso a esta web, el diván se despliega y comienzo a improvisar, a exponer lo que ocupa mi cabeza en ese instante.
Ahora necesito expresarme, plasmar lo que mi mente tiene en este momento.
Siempre he tenido la percepción de que vivo entre tres mundos: El construido por la naturaleza, el construido por el humano y el mío.
Esta idea, podría resultar rocambolesca, por ello, deseo argumentarla:
Mundo construido por la naturaleza: Este debería prevalecer como método vital. Somos una simple vida, de acuerdo, lleno de complejidades, de misterios, de sentimientos, pero no dejamos de ser algo insignificante para la raza. Estamos de paso, en este volcán sin lava llamado tierra. Dentro de cien años, ¿se acordará alguien de ti o de mí? Todos no podemos ser Cortázar, Sábato, Einstein, Fleming, Newton, Mandela o Jesús.
Mi teoría: El mundo creado por la naturaleza, tendría que predominar, comprender que el máximo premio es haber pisado la tierra. Vivir tu vida, permitir que los demás de igual manera lo hagan, entender que ¡no somos nadie! Una frase trillada y que detesto, odio pronunciar frases hechas y repetidas, pero es tan real, que me es imposible no recordarla y mencionarla. En fin, aprender y disfrutar de las cosas simples, no de las simplezas.
Mundo construido por el hombre: Este mundo, lo hemos fabricado nosotros mismos, a nuestra semejanza. Aquí domina el más fuerte, vence la falta de escrúpulos, la apariencia o superficialidad. Un mundo falso, déspota e insalubre.
Inconscientemente, el egoísmo nos gobierna a lo largo de todo el año, aunque en determinadas fechas (2 o 3 al año, no más), la “bondad” nos brota por los poros. Santificamos a una semana, y no lo juzgo, lo que juzgo es la parafernalia organizada y perfectamente orquestada detrás del negocio. Detesto la navidad, las tradiciones y las bendiciones.
Mi teoría: En parte, rechazo al ser humano, evidentemente, no generalizo, siempre existirán, personas coherentes, dotadas de la cualidad de la “razón”, personas que logran ver más allá de lo visual. De este mundo, me quedo con la gente buena y con los Cortázar, Sábato, Einstein…
Mi mundo: También lo rechazo, lo enjuicio constantemente, no existe día en que no le pregunte: ¿Por qué a mí? Una frase que demuestra mi egoísmo, pareciera que deseara traspasar mis rarezas y tormentos, a otra alma. En mi mundo, entra solamente quien yo permito que ingrese, lo alarmante es cuando sospecho que ni siquiera hay sitio para mí.
Mi teoría sobre mi mundo: Por momentos, temo estar volviéndome loco, en otros pienso que estoy demasiado cuerdo. Por momentos soy extremadamente inseguro y vulnerable, y por desgracia, en otros la soberbia o pedantería me posee. En definitiva, mi mundo no deja de ser una fábula aliviadora, para escapar de este mundo mezquino.
Maldigo mi melancolía.
Cristian D.