Un día fuiste pensamiento
y te materializaste
tierno y esbelto
llenos los labios de versos.
Saliste de la soledad
y el silencio
sordo de criterios
avivaste la llama
abrasaste mi cuerpo
con el fuego de tus palabras
en el éxtasis de los sentimientos.
Confiscaste mis sueños
y sin reparos ni medidas
no logro tener idea
en qué espacio ni en qué tiempo
se ocasionó la caída.