Fue así como calmó el invierno,
sus aires frescos desfilaron al borde de esa tarde.
Dejé de verte y si,
se esfumó el espacio,
un campo vacío ocupó mi corazón.
Es el Sol de aquella tarde
el mismo que hoy golpea mi piel,
fue el Sol de aquella tarde
el cruel testigo del momento en que callé.
Hoy nace un poema,
fruto de aquel recuerdo
y emergen estas letras invocando tu mirada.