**Árbol deshojado**
Ni el viento huracanado lo balanceaba
por tener sus raíces fuertemente
en la tierra enterradas,
pero en que brazos ¿durmió?
Que la vida entera le cambio,
y a que ojos se ¿asomo?
Dejando su mirada, negra como el carbón,
la boca, porque ¿mintió?
A sabiendas de que nadie lo creyó,
si dejaba un alma inerte y vacía
sin esas ramas que la envolvían,
en mitad de la nada, después del tiempo
un tronco solitario, erguido al cielo se deja ver,
¿Quien le removió el alma?
¿Quien le hizo bajar de su altivez?
Que pidiendo este perdón
por el gran dislate que su egoísmo creó,
ese árból frondoso que fue
vio poco a poco sus hojas caer,
y con sus ramas desnudas
igual que un mendigo hoy implora
que retoñen otra vez,
pues el, que tan fuerte era.
Ya no tiene, ni sombra que ofrecer...
Elena ©