Con mi maleta llena
de esperanzas
tracé un nuevo camino
hacia tierras extranjeras.
Llena de amor
llena de ilusión,
llena de tantas promesas
que se dieron entre
los sorbos de cafés;
de los recuerdos
que quedaron pendientes
en el ayer.
Entre risas infantiles
sueños y fantasía;
te idealicé,
a mi lado
y para siempre.
El encuentro se dio
nuestros cuerpos y almas
se unieron esa noche.
Con el alba
cual hoja cae con el
otoño y confundida
por las ráfagas de viento
tu mirada se hizo indiferente
y tú silencio
me dijo adiós;
tu boca se olvidó
pronunciar
Un te quiero
Un te amo
y tus manos nunca
me volvieron a tocar.
Y lloré.
La noche se hizo eterna
y la Luna se secó.
A lo lejos,
el cantar de los pájaros
anunciaban un
nuevo amanecer.
Recogí mi maleta,
llena de sueños rotos y,
amargos recuerdos.
Comencé de nuevo mi camino
mis lágrimas se confundieron
a través de cristal con la
llegada de la lluvia
que se iniciaba afuera.
Un nuevo horizonte
se abrió,
su paraje me es conocido
cerré los ojos
y con un suspiro dije:
¡Estoy de nuevo en casa!