Maryrios

¡¡Celos!!

Me vestí en oscuro silencio

como autómata insensible

quieta, muda, oculta y fría

sin ser al dolor visible.

 

Tu ausencia carcomió el alma

tu sin voz fue mi tortura

la duda provocó rabia 

dando un vuelco a mi cordura.

 

Torrentes de sinsabores 

corrieron por mi consciente

mi catarsis no fue en vano

nuestro idilio se hizo ausente.

 

Escupí tu nombre al viento

sacudí toda tristeza,

renací con grandes alas

y volé lozana y fresca.

 

Mas ya de nuevo en mi cuerpo

otras vez te sufrí mío 

justifiqué tus tropiezos

y mis locos desvarios.

 

Desperté aturdida al dia

y me abrazas dulcemente

por fortuna fue un mal sueño.

¡tu amor nunca ha estado ausente!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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