En mi proa se enfunda el viento.
En mis lágrimas navega mi flota.
todas firmes como sotas.
A saquear barcos y no miento.
Una dulce muchachilla
yo mire por la mirilla.
Se encontraba en una villa
cosiendo, llegando a la hebilla.
Más no le conste que sentiste,
pues yo la vi tan sola y triste,
bañada en llantos y harapos
y con los besos de los sapos
Me acerque en presto momento.
Le dije lo que yo siento,
que se olvide del lamento,
pues surgirá un nacimiento