Estoy aquí a tu sombra
Dormido en la alborada
Que se adentra y te nombra
Cada nueva mañana.
Renacen los arpegios
Con sólo recordarte;
Desde que a mí llegaste
Te miro en todo espejo.
Tu imagen adorada
Contemplo allá en el cielo,
En el lecho del río,
Y en la corriente clara
De todo lo que es mío.
En las encrucijadas
De mis noches de plata
Junto a la mora luna
Te contemplo extasiado,
Los ojos me delatan.
Fundiste en mi tu fas
Con tu bella sonrisa;
Y la miel de tus ojos
De indecible misterio
Mi querer arrebata.
Te trajiste contigo
La eterna primavera;
Los rosales florecen...
¡Se esfumó la quimera!
¡Terminó mi castigo!