Soy más
de llegar tarde
a las cosas.
Al final siempre dicen
qué inteligente,
pero suele llevarme
mucho tiempo evaluar,
ver,
entender,
aceptar.
Voy atrasada a -casi- todos lados
y nadie se da cuenta,
claro,
siempre hay
una casualidad que me salva,
una porquería invisible casi inverosímil.
Pero yo sigo llegando mal
nunca a tiempo;
nunca estoy
en donde debería estar.
Acaso cerca
pero nunca ahí.