Te quiero con inmensos desenfrenos,
con alma, corazón y pensamientos,
te quiero con la fuerza de los vientos,
te adoro con potencia de los truenos.
Te pienso con ternura en mis desvelos,
te sueño con tu mágica armonía,
tu vuelves mi tristeza algarabía
y tienes los fulgores de los cielos.
Tu llevas de los niños su inocencia
que tienen su sonrisa florecida,
por eso te venero sin medida
llevando del farol su transparencia.
Mi vida con tus besos se fulgura
igual que la mañana y la alborada,
lo mismo que la flor, que ilusionada
espera del rocío su frescura.
Te extraño de la forma que se extraña
el trino melodioso del jilguero,
y vivo en tu recuerdo prisionero
lo mismo que el león con su montaña.
Te espero de manera tan inquieta,
que siento la nostalgia que calcina
igual que el marinero en su cabina
al ver que se detiene su goleta.
Te quiero con el ímpetu magnético
del árbol majestuoso de la sierra,
que santa providencia de la tierra
le brinda su esplendor que es tan poético.
Si llegas a faltarme, moriría,
mis venas se completan con tu esencia,
que tu eres la razón de mi existencia
y vivo de tu amor y tu alegría!
Autor: Anibal Rodriguez.