Si tus ojos se ponen llorosos
al mirar que mi vida se acaba,
que la pena jamás te domine
que contigo se queda mi llama.
Al sentir de la rosa su efluvio
y la brisa de fresca mañana
tu imagina que son mis arrullos
que te llenan de mágicas flamas
con la gloria infinita que dieran
tus entregas de ensueños bordadas
que con grande pasión las vivimos
al saber que te amaba y me amabas!
Si tu sientes desliza en tu pelo
la caricia de fresca alborada
es mi pecho que exhala un suspiro
aspirando tu rica fragancia.
Si tu frente radiante y preciosa
se ilumina con luces de plata
es el rayo que vierte mi vista
admirando tu faz nacarada.
Si de pronto escucharas un trino
con los dulces arpegios de flauta,
es mi verso que fluye grandioso
ya que brota del fondo del alma.
Si tus pasos te llevan al rancho
y contemplas las bellas gencianas,
notarás que sus pétalos rojos
palidecen de tanta nostalgia
ya que extrañan los días aquellos
que tu amor y mi amor observaban,
construyendo el magnífico nido
que tu sueño y mi sueño albergaba.
Mas te digo que tu siempre sigues
esparciendo tu luz de esperanza
que cobija mis restos mortales
con tu eterna bondad sacrosanta.
ya que fuiste la estrella de oriente
que el camino de amor alumbrara.
Autor: Anibal Rodríguez.