Una siesta después del almuerzo
el comercio, cerrado espera
una silla apuntando un sol
se despide
el aire que alegra, entra
a los pechos que inspiran
calma
el té en largas mesas
la conversación discurre por las bocas
amena
las risas
la vida en el campo
me fue negada
por las grandes estructuras
la palabra ahora es peligro
cuando la dictadura aún perdura
nada vuelve a ser como era, antes
el tiempo es bendito
cuando todos formamos uno
el tiempo es marchito
cuando en su cuerpo solo hay uno
El paso ágil, derribando
cuerpos inertes enfilados
en paraderos transpirados
un sol que se oculta
entre altos pisos contaminados
grises nubes
la tristeza
perdura aquí
pavimentada, negra grasa
no hay tierra para jugar
no es abstracto este concreto lugar
anónimos desamparados
no hay confianza
no hay comunidad
solo solitarios sujetos
asujetados a su silencio
la palabra ahora es peligro
cuando la dictadura aún perdura
nada vuelve a ser como era, antes
cuando todo era
un poco más
humano