A ti condeno, vaga razón,
Fuiste mi gran anhelo,
Y duro, como el hielo
No venciste al corazón.
Explícame tu evolución,
Capacitada, incesante,
Fuente de manantiales
Sucumbidos a la ilusión.
Se valiente, razón mía,
Es éste el último paso
Largo, aunque escaso,
Para callar esta agonía.
No des dominio al corazón,
Te obligo, ven ahora,
pensante tú, indolora,
A sacar del pecho el desazón.