EN APNEA
No es solamente Apnea... es estar en una plena comunión
con un espíritu inquieto, creando su propia religión.
En penumbras, en mis silencios, en mis profundas reflexiones,
con mis encuentros interiores y con múltiples sensaciones.
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Son estos puntos de inflexión, ocultos recodos de mi vida,
que en aguas tibias diamantinas, de memorias reconocidas,
forman mis recuerdos imborrables que se hallaban extraviados,
lejanos, en ingrávidos y antiguos maternales estados.
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Los palpitares del corazón, solitarios, fieles, constantes,
se sienten y se escuchan; se perciben, fuertes, claros, distantes;
ellos hacen oír, sordas voces, en mi quietud, en mi paz,
en mi profundidad, en mi avidez de vivir, siempre tenaz.
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Esta es la manera de agradecer a Dios, mi forma de orar,
son mis secretos recuerdos - y los que no quiero recordar-,
son mis defectos que pretendo cambiar o que no logro ver,
son las cosas que descubro... ¡y las que prefiero no conocer!
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Y cuando me falta el aire -que es mi combustible más precioso-,
yo asciendo lentamente, ávido de oxígeno, cansado, ansioso,
buscando mi Luz, mirando al Cielo, como orando, suplicante
por la bendición de ese aire puro que me da vida, al instante.
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Eduardo Faucheux
31-03-2016