Rizado el mar,
toco la sal con mis manos,
con los abrazos osados
que me faltaron por dar,
que te sobraron robar.
Rizado el mar,
sacudo la arena
que arrastra la pena
de mil noches mojadas,
en lágrimas saladas
de mil sueños y guerras.
Rizado el mar,
rizo la suerte
por ya no tenerte
entre mis piernas,
entre mis dientes.
Rizo el minuto
de ser diminuto
a tus latidos pacientes.
Rizado el mar,
muérome dentro de él
por no saber nadar
bien en tu piel,
por ser gaviota
en vez de ser pez.
Por ser un idiota
y no saber querer.
Javi Lobo.