Como matas mi alma, cielo.
Como matas mis metas, ahorcas mis sueños.
Como me duelen tus balas,
vienen a pedirme que haga lo correcto
pero como matones de la mafia
no con amor ni respeto.
No quiero ya nada en mi vida
que tenga que ver con castigo
ni con refuerzo, ni contigo
ni con lo que me rodea.
Me siento deprimido, reprimido, exprimido.
Exigido, incomprendido y, en gran parte, perdido.
¿En donde me equivoqué tanto?
Volvimos a los daños de ayer.
Tigre contra el lobo que ya no quiere moverse.