Como tu cuerpo la nube...
Cuando cambiaste la naturaleza del campo,
por la torre de la ciudad de melancolía y cemento,
le quitaste la dulzura a la savia de la tierra...
que sin quererlo había sido de tu vida el alimento.
Nada era ajeno, nada y todo era tuyo
porque todo era eso...
Naturaleza y fruta con la dulzura de la miel pura.
Nada era fantasía de mundo, todo era realidad,
todo era natural, como nacer,crecer, vivir
y, hasta morir...
El mundo era como soñar...y volar junto a las nubes.
Tú volabas junto al viento, tú navegabas en el mar,
tú eras nube y también eras cuerpo...
Eras como las aguas del río que pasaban por las orillas,
sin final, sin llegar hasta ningún puerto, solo pasar...
Todo solo flotaba, solo vaivenes de tiempo en tiempo.
Solo remansos de aprendizajes,
donde repitiendo se aprendía...
Ahora en esas torres de cemento
ya ni la fruta tendría la dulzura de antes,
ya ni tus nubes de fantasías las podrás ver...
Ya las cristalinas aguas de tus ríos
son torrentes de aguas turbias.
Todo te apaña, todo te aprieta, todo te comprime
y te reprime.
Tú deberás con tu memoria, hasta tus nubes llegar,
contemplarlas sin contemplarlas,
verlas como aparecen y desaparecen...
verlas como son y...ya no son,
verlas como pasan aportando su humedad a tu vida.
en estas tierras de concreto, donde los pensamientos
parecen muertos,
donde la vida es recuerdos
como las mismas nubes de la ciudad,
que a veces ves y ya no son porque desaparecen
en la oscuridad de la basura
que también flota en lo alto del cielo.
Nada de eso te importa, solo tú, sabes
que en tu interior permanece,
tu mundo colmado de naturaleza y campo.
Ya ni las torres de la ciudad
colmadas de melancolía y cemento
le quitan la dulzura a la savia de la tierra
donde naciste porque la semilla,
- tú semilla ha germinado.
En la realidad de la vida y en la sucesión de los ciclos
tu nube de vida está presente,
sin verla pero está...en tu mundo
colmado de naturaleza y campo.