Poema: Viernes
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Silencio que enmudece la quietud de esta tarde
Es mi otoño amado
Junto a las hojas ocres posa
nubes sin agua y llovizna.
Allá, en una nube láctea viajan como rebaño
Los blancos cúmulos, meciéndose junto a mis suspiros.
Mezcla de hastío que dan los años
Mixtura de sueño y pereza
Debo dejarlo plasmado esta tarde gris de mis ganas
A las espaldas han quedado los juveniles años
Solo me confortan melodías de una vieja guitarra barnizada
Arca sonora que arde en mis entrañas.
Viernes, de las décadas
Es otoño en ti, día amado
En las escuelas,
Tiempo en que miro el cielo de golondrinas
Época del mea culpa
De ansiar abrazos que llevò el tren de la muerte,
Viernes de luz y de sombras
Muere simplemente la tarde,
quiébrese el pensamiento en mil rutinas
Pronto caerà la nieve
En mi pelo cano.
Muere en otoño la parra, y se marchan las abejas
Así es el sueño profundo
De sueños truncados en mi alma de media centuria.
En la distancia veo mecer los gajos
De pesados limones verdes y pequeños
Y todo este viernes es simple poesía
Tu sabia y las mía,
También resecas y añejas
Follaje sabio sin palabras,
Viernes
susurran los niños yendo y viniendo
Abriendo y cerrando puertas,
Viernes,
amándote en silencio
Muero, caigo y me postro a mis nostalgias
como hoja que arrastra el viento.
Autor: Darío Ernesto Muñoz Sosa