No es posible que las mechas de tu pelo,
se hayan confundido hoy,
si ayer las recogí y las deje alineadas.
Ayer me hiciste parte,
y hoy me fui por el desagüe.
Ayer hubo el postre,
y de él, un corazón anegado.
Hoy talvez el viento estuvo a la ligera,
tal vez solo intenta atraparme.
Ayer quise ser tuyo,
hoy también,
solo es que el reloj siguiera oscilando,
sin pensar que intenta hacer lo correcto.
Humberto Velasquez Jiménez
1/Marzo/2016
4:09 p.m.