Me dispongo a tomar a la muerte por sorpresa
saber si tiene ojos de gato y voz de niña
porque la vida se aturde con su ladrido,
verla cuando sale de bañarse y aun esta desnuda.
Me dispongo a tomar a la muerte por sorpresa
esconder los zapatos bajo sus pies,
donde jamás pueda encontrarlos
reflejarme detrás de su peinado y erizarle la piel.
Es un verso indomable, un silencio húmedo
no vive de ninguna forma, sueña despierta,
ahora mis ojos la desean como espejos,
me dispongo a tomar a la muerte solo para mí.