QUISIERON COMPRARME LOS SUEÑOS
Yo que preguntaba torpe, quizá ingenuo
donde se alojaban los sueños
si en las suspendidas nubes
o en las alas de las golondrinas
o si debía hacer pedidos a hadas madrinas.
Luego elucubraba;
que yo pudiese vender mis mil penurias
a algún mercader que comprara a justo precio,
mi sed de vida, mis congojas y no aprecios
tal que muy sonriente luego diga,
--- bien provees, buen hombre
busque, por si hay más que yo le compre---.
El mercader quiso comprarme los sueños
y yo despierto.
Así tenga que dormir siempre a ojo abierto
no sea que mi mente otra vez orqueste
otro desvarío como lo del mercader se manifieste
y que nada de cierto tenga de lo que se llama cierto.
Lebusla
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