Amigo suena bien, suena bonito,
esa palabra afable, con solera,
que inunda en el ambiente si la grito.
Amigo, ese vocablo, requisito
a entablar en un diálogo cualquiera,
que precede al llamado, yo te invito,
amiga nunca suena a forastera.
Amigo más que un nombre es un piropo,
un modo de atraer a la empatía,
que aproxima a mi oído, en que me arropo,
cuando siento que mi alma está vacía.
Qué será que el más mísero mendigo
al oírlo se enardece de alegría,
y hasta a dios gustaría ser tu amigo.
©donaciano bueno
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