“Creación de las aves” - Remedios Varo
a Elisabeth
I
Te digo de lo que callo
cuando a veces estamos oteando las máculas del alba;
por acá tosen los coches
y a las cuatro los pájaros empiezan afinar.
Tú estás sentada
pactando con las sombras rojas,
enciendes un cigarrillo
y quieres ser abstracta como el humo
qué es el humo, sino un efímero compañero.
Te sacas del cuello los fantasmas
y te enfrentas a sus miradas añejas y tiernas,
tus ojos encierran un dulce acento taciturno
y se hace eco
cuando miras.
Estás recordando los días que se vestían
con el color del lapislázuli.
Sabes que además de sangrar, las heridas gritan
y aunque dejen de sangrar
están todavía gritando
cada vez menos
gritando.
II
Te digo de lo que callo
cuando no percatamos el viaje de la luna a otro cielo;
por acá la madrugada es un ogro dormido que se tiende en la ciudad
y se puede entonces respirar el silencio recién lavado.
Tu silencio es brisa marina
y tu madrugada, un océano de vientre insondable:
mariposas libando la sal de las algas
sirenas huérfanas bordeando las orillas de tu playa
búhos que cazan peces.
Estás viendo la vida con los ojos de tu gato,
y la oscuridad empieza a evaporarse
tus manos purifican fantasías, miedos
y deviene poesía.