Déjame descorrer este secreto
que duerme sereno en mis entrañas.
Callado en plenitud de pensamiento
se quiebran lentamente los sonidos de ausencia
aquí en mis labios.
Un dejo de tristeza ronda en el silencio
por el lamento callado de palabras.
Y la pena besa una lágrima
en el llanto insonoro de mi herida.
Me siento solitario
en la eterna soledad de mi abandono.
Todas mis miradas se encierran en olvidos
para no llorar un río de amargura.
Se aferra en mi memoria la verdad que duele
por la sustancia perenne de lo justo.
Nadie me ama...nadie me quiere en este abismo
como sombra que perdura por mi sino.
Solo es fantasía el amor vivido
en el engaño sostenido en vana entrega.
Solloza la fuente de mi amor bendito
en la llaga que circunda mi esperanza.
Hay solo un camino solitario que me espera
por la inocente abreviatura de la nada.
Y así mis sueños se pierden en la bruma
de encontrar un calor entre mis manos
que ilumine como el sol de las mañanas.
Nadie en el amor me ha sostenido
en el estambre luminoso que me aguarda.
Y en la entrega de una flor se me han prendido
mil espinas como luces en el vientre de mi alma.
LEONARDO HENRRICY SANTIAGO
Leo Henry