Lo conocí vagando, solitario sin medidas, ausente y sin salidas. Una hoja de árbol seca volando de rama en rama.
Su mirada con la mía se fundieron entre brisas, que junto al otoño y caricias se volvieron en premisas.
Nuestros palpitares se coordinaron entre sudores y furores, lograron sin temores un amor sin previsiones.
Hoja de árbol seca, que olvidó sus otras ramas, adhiriéndose a la mía, nos volvimos almohada y cama.
El otoño se acababa y la hoja se secaba, deseosa de volver a buscar una nueva rama.
Con viento y huracanes, voló sin rumbo fijo, llevándose consigo una espina de mi rama, que le acompañará su camino hasta encontrar a una nueva, que le ayude a quitar la espina ensartada.
AmyRoss