Busco la calma,
en tu sonrisa, en tus labios,
en tu mirada.
Busco mi paciencia,
cuando mi hijo la demanda.
Busco el equilibrio,
en un buen libro,
en una poesía,
o en la filosofía.
Busco la relajación,
cuando noto cierta tensión,
cierta ansiedad,
que empieza a afectarme,
en el deporte,
en el sacrificio,
y con ello mi mente en lucha,
descansa.
Busco la paz interna,
cuando algún amigo me necesita.
La saco de dentro para compartirla.
Busco la calma,
en el agua, en el mar,
en las olas,
que me recuerda la inmensidad de la vida,
y nuestra importancia diminuta y relativa.
Busco la libertad emocional,
periódicamente en soledad,
en mis meditaciones,
en mis escritos,
en mis estudios y
todo aquello que me haga olvidar,
lo superficial y lo banal.
Busco la paz interna,
en hacer lento,
y tranquilo las cosas.
Busco mi equilibrio interno,
a veces sólo,
o a veces acompañado,
pero siempre en armonía.