Cuando el sol, cautivado del gris
de la niebla, decida
exiliarse en el país de los suicidas,
me detendré un segundo
y, en mi propia algaravía
yo pensaré en ti,
como el poeta en poesía.
Cuando la melodía torne añil
el color de tus pupilas
y el monte le grite al mar
que sin él no viviría,
yo pensaré en ti,
como el triste en la alegría.
Cuando olvide lo que fui
y me perdone un instante,
cuando mi mente sea pura,
redimida de mis culpas,
yo pensaré en ti,
como el loco en su locura.
Cuando quieras dimitir,
cansado de las piedras
que el camino fue arrojando
en tu pecho tras de sí,
cuando te sientas ahogado,
triste, inútil, solitario...
yo pensaré en ti,
como Jones en su diario.
Cuando mi vida bese el fin
de la obra de entreacto
y se despidan de mí
todos los que me han besado,
yo pensaré en ti...
como el único olvidado.