Escribo en el universo de tus ojos. Nunca otra mujer tuvo esa mirada tan profunda, brillan con portento en las mañanas, son templo en las noches cuando tu rostro se ilumina con ellos. Luceros cadenciosos, espíritus libres como cometas tirados por los hilos de tu belleza. Cuando los miro se desborda el amor, es éxtasis de tu copa rebosante que invita a soñar con tus caricias. Me gusta perseguir esa mirada tuya, es jardín colgante de Babilonia; helechos desafiantes vestidos de luciérnagas, protuberante manifiesto de un escenario majestuoso, eres el hechizo del tiempo con tu nombre grabado en sus columnas, mujer de mil travesías, corazón del universo mismo. Ojos que son la magia en la capa del torero, con galantería gitana agitan los henchidos corazones; son la arena que recibe la sangre de la herida; un suave acariciar de la brisa cuando osas posarlo en un afortunado mortal . Toma la antorcha para que tu fuego sea la aventura trepidante de quererte...