LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Cuando quise volar con tus sonidos

Cuando quise volar con tus sonidos

guitarra:

Quise imitar tus sonrisas de aguas claras,

Quise bañarme en tus remansos de luz y soledades

Quise escuchar tus ecos de montaña virgen

Quise pulsar tus cuerdas de tripas y metales,

también quise interpretar mis penas de amores,

de abandonos...padeciendo soledades.

 

Canción de bosque florido,

sudor y sustento del hombre simple,

voz del campo y de su gente,

arrullo de madre, calor de nido cobijante.

Mano endurecida, llena de durezas

que muestran sacrificio.

Conciencias dispuestas a dar la vida

- por simplezas...

 

Voces claras que reflejan tu nobleza,

transparencia del rocío de todas las auroras

que iluminan las gentes campesinas,

simples y puras...sin dobleces.

Abiertas y buenas como el pan

que amasan con sus manos,

las mismas con que quise, algún día 

- tocarte mi guitarra

 

Compartiendo el pan amasado con trabajo,

con esfuerzo de familias juntas,

indisolubles, sin distingos...

Harina abierta, pan de todos,

tortilla de rescoldo hostia del campo.

Sonido del alma, de las almas de la tierra nuestra,

música suave, requiebre de amor,

amor entero...

 

Esa es la melodía del campo y de su gente,

carcajada y huifa de alegría abierta,

pura, cristalina...vertiente del alma,

que no pude tocar en mi guitarra,

deseo y sueño...pendientes,

desde siempre...desde niño.

 

Y por eso hoy me confieso,

se me ha pasado el tiempo entre quehaceres,

buscando el sustento y enseñando...

El tiempo con sus alas rápidas y ansiosas

no me ha permitido cumplir con ese sueño.

Pulsarte mi guitarra con tu canto,

tu sonido que hace abrir el pecho

y correr la lágrima...

Campo del sur, madre, padre y alma

ha llegado el momento...

Cuando ya solo caminando lerdo

parecieran avanzar solo los años,

quisiera tocar tus cuerdas de tripas y metales

- cigarra del campo,

guitarra de madera virgen noble y pura.

 

Con sonidos únicos, abiertos, transparentes,

simples...voz del alma.

Hoy que cumplo los ochenta años,

me comprometo hacer brotar tus melodías,

paridas desde tus entrañas de madre, abuela,

ángel y familia

- cumplir mis sueños sentidos desde niño.