Hoy en el olvidado huerto,
hay dos jazmines dorados/
sonriendo y enamorados.
Anclados en un mismo puerto.
Murmuran en silencio secretos,
que jamás serán revelados/
son secretos que plasmados,
se unieron para ser decretos.
De amores construidos,
en la eternidad del alma/
-ven- escucha con calma,
el amor que hay en sus nidos.
Son como dos blancas palomas,
que esperan el mañana.
-ven- acércate a la ventana,
veras el beso si te asomas.
Se juran eterno amor,
con un pacto gitano/
-para estar juntos, cuando el cabello cano-
vista de nieve la tierna flor.
Y sean mis manos leves,
las que acaricien tu piel/
entre suspiros, y besos de miel.
-Fundiendo de tu cuerpo la nieve-.
Se ha secado la rama
y los jazmines dorados,
permanecen enamorados/
<como el hombre de su dama>
En ellos el tiempo no pasa,
no existe el mañana -ni el ayer-
y cuando uno está lejos/ solo piensa volver
y ver a su amada, que atiza la brasa.
Es un secreto profundo,
más profundo que el mismo mar.
dos corazones; sedientos de amar,
y ansiosos de recorrer el mundo.
Son dos espigas del trigal,
el sol de un nuevo día/
es amor –ternura- alegría,
Son las flores de un rosal.
Es hermoso el secreto que clama,
el amor de los jazmines/
que olvidados en jardines,
aún se vive y se ama.
Es la respuesta que llama,
a seguir perpetuando la historia/
esa que habita la memoria,
del hombre que ama a su dama.