Se ha cubierto de noche las planicies
y mis parpados caen como hojas de otoño,
me adentro en un profundo sueño
donde suelo tener mi amor eterno.
Oh, cuanto te extrañe mi amada
y de tanto contar las horas del reloj
más y más te extrañaba mi corazón.
No puedo resistir esa alegría
que me brinda el estar contigo
y algo bonito siento
cada vez que se despide el sol,
porque me ha anunciado
que está llegando el momento
de estar solos tú y yo.
Oh, cuanto te extrañe mi amada
con una sonrisa marcada en tus ojos
y con tu boca que me exclamabas,
no te alejes soy ese sueño
del que tú eres el dueño.