Aprendí a desintoxicar el alma,
porque estaba llena de recuerdos putrefactos,
llena de venenos mortíferos que estaban enterrando mis días en el sarcófago del resentimiento,
me había convertido en la momia del odio disecada por tanto rencor...
La única manera que encontré para libérarme de esas vendas,
para desintoxicar el alma,
el único antídoto efectivo para ese veneno mortal, fue el perdón...
Perdoné a los que me hicieron daño,
pero lo más importante, me perdoné a mi mismo...
Liberé mi alma y aquí estoy feliz y en paz...
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